En el corazón de la Selva Negra, en
Alemania, hay un lugar donde el carnaval se celebra de una forma muy
distinta a la de Río. Sus gritos se escuchan a los lejos, y sus enormes
escobas suenan al ser arrastradas por los viejos caminos de adoquines
del pueblo. Tras pasar un año entero escondidas en el medio del bosque,
es la hora de volver.

Pero no vienen
vestidas con colores, ni con ceñidos trajes de lentejuelas a la manera
de las garotas brasileñas. Sus caras son de madera, sus camisas de un
vasto material descolorido y sus viejas escobas sirven para molestar a
todo aquel que se ponga en su camino.
El sábado de
carnaval las brujas recorren el camino que va desde el Kandel a la plaza
principal del pueblo y allí llevan a cabo, entre el fuego de las
hogueras, su particular representación.
Una larga tradición
Con décadas de
tradición, el carnaval o fasnet de las brujas de Waldkirch atrae a miles
de personas a este pequeño e idílico lugar en medio de las Selva Negra
alemana, a tan solo 20 kilómetros de Friburgo.
En esta región situada entre Francia, Alemania y Suiza las omnipresentes colinas se mezclan con los viñedos.
El fasnet forma
parte de la tradición católica de la zona y es muy diferente a las
celebraciones en la zona del Rin, que tienen en Colonia su máxima
expresión.
"Ahora vivo en el
norte de Alemania pero siempre bajo a Waldkirch, de donde soy, para
fasnet" dice Andreas, miembro de la banda del pueblo. "Creo que el
carnaval aquí es más auténtico que en otros lugares de Alemania", añade.
Con miles de
personas disfrazadas en las calles, el carnaval en Waldkirch es un
evento muy familiar. Andreas es parte de la orquesta y su hermano
pertenece al selecto grupo de las brujas, donde no son aceptadas
mujeres, y donde es muy difícil entrar.
Lo difícil de convertirse en bruja
Ser una bruja o
hexen en Walkdkirch no es nada fácil. Para empezar, hay que ser un
hombre, y la lista de espera es de años. Además, el grupo es secreto,
nadie sabe quién está dentro y quién no.
Las hexen bailan al son de la música y a la luz de las hogueras su coreografía, largamente ensayada a lo largo del año.
Tras la actuación,
el sábado es el día grande en el pueblo, y la fiesta suele alargarse
hasta la mañana del día siguiente, en el que hay desfiles de los
distintos grupos de carnaval.
Además de las
brujas, los arlequines son numerosos y el domingo bautizan a sus nuevos
miembros antes de tomar las calles, repletas de gente, con muy
elaborados disfraces.
Carnaval en el centro de Europa
El carnaval en
Waldkirch forma parte de la tradición del allemanische-fasnet, o
carnaval de la zona de los Alamanes o Suabia. Esta zona comprende la
parte suroeste del país, con el lago Constanza como centro y la ciudad
de Stuttgart como frontera norte.
Según la tradición,
el carnaval simboliza el fin del crudo invierno y la expulsión de los
malos espíritus, antes de dar la bienvenida a la cuaresma o "quinta
estación".
El invierno en esta
zona agrícola de Europa es duro, frío y oscuro, y antes de que llegue la
primavera tiene que ser expulsado de las fértiles llanuras, que pronto
dejarán de estar cubiertas de hielo y de nieve.
Tras el fin de
semana, el martes es un día triste. Cuarenta días de cuaresma se
avecinan, y frente a la hoguera las brujas lloran el final del carnaval.
Pero el diablo les comunica que el año que viene volverán, y entonces
parten, contentas, a su guarida en el bosque, donde pasarán otro largo y
duro invierno... hasta el año que viene.
(BBC)
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