sábado, 25 de febrero de 2012

CELEBRACION: EN ALEMANIA FIESTA DEDICADA AL DIABLO

En el corazón de la Selva Negra, en Alemania, hay un lugar donde el carnaval se celebra de una forma muy distinta a la de Río. Sus gritos se escuchan a los lejos, y sus enormes escobas suenan al ser arrastradas por los viejos caminos de adoquines del pueblo. Tras pasar un año entero escondidas en el medio del bosque, es la hora de volver.
 
Todo comienza a las 19:11 horas del sábado antes del miércoles de ceniza. Esta es la hora en la que las brujas del Kandel, la montaña que domina el pequeño pueblo de Waldkirch, en Alemania, bajan a la ciudad.
Las brujas bajan porque el diablo las convoca a que se porten mal, a que disfruten del carnaval antes de la cuaresma.
 
Pero no vienen vestidas con colores, ni con ceñidos trajes de lentejuelas a la manera de las garotas brasileñas. Sus caras son de madera, sus camisas de un vasto material descolorido y sus viejas escobas sirven para molestar a todo aquel que se ponga en su camino.
El sábado de carnaval las brujas recorren el camino que va desde el Kandel a la plaza principal del pueblo y allí llevan a cabo, entre el fuego de las hogueras, su particular representación.
 
Una larga tradición
Con décadas de tradición, el carnaval o fasnet de las brujas de Waldkirch atrae a miles de personas a este pequeño e idílico lugar en medio de las Selva Negra alemana, a tan solo 20 kilómetros de Friburgo.
En esta región situada entre Francia, Alemania y Suiza las omnipresentes colinas se mezclan con los viñedos.
El fasnet forma parte de la tradición católica de la zona y es muy diferente a las celebraciones en la zona del Rin, que tienen en Colonia su máxima expresión.
 
"Ahora vivo en el norte de Alemania pero siempre bajo a Waldkirch, de donde soy, para fasnet" dice Andreas, miembro de la banda del pueblo. "Creo que el carnaval aquí es más auténtico que en otros lugares de Alemania", añade.
Con miles de personas disfrazadas en las calles, el carnaval en Waldkirch es un evento muy familiar. Andreas es parte de la orquesta y su hermano pertenece al selecto grupo de las brujas, donde no son aceptadas mujeres, y donde es muy difícil entrar.
 
Lo difícil de convertirse en bruja
Ser una bruja o hexen en Walkdkirch no es nada fácil. Para empezar, hay que ser un hombre, y la lista de espera es de años. Además, el grupo es secreto, nadie sabe quién está dentro y quién no.
Las hexen bailan al son de la música y a la luz de las hogueras su coreografía, largamente ensayada a lo largo del año.
Tras la actuación, el sábado es el día grande en el pueblo, y la fiesta suele alargarse hasta la mañana del día siguiente, en el que hay desfiles de los distintos grupos de carnaval.
Además de las brujas, los arlequines son numerosos y el domingo bautizan a sus nuevos miembros antes de tomar las calles, repletas de gente, con muy elaborados disfraces.
 
Carnaval en el centro de Europa
El carnaval en Waldkirch forma parte de la tradición del allemanische-fasnet, o carnaval de la zona de los Alamanes o Suabia. Esta zona comprende la parte suroeste del país, con el lago Constanza como centro y la ciudad de Stuttgart como frontera norte.
Según la tradición, el carnaval simboliza el fin del crudo invierno y la expulsión de los malos espíritus, antes de dar la bienvenida a la cuaresma o "quinta estación".
El invierno en esta zona agrícola de Europa es duro, frío y oscuro, y antes de que llegue la primavera tiene que ser expulsado de las fértiles llanuras, que pronto dejarán de estar cubiertas de hielo y de nieve.
Tras el fin de semana, el martes es un día triste. Cuarenta días de cuaresma se avecinan, y frente a la hoguera las brujas lloran el final del carnaval. Pero el diablo les comunica que el año que viene volverán, y entonces parten, contentas, a su guarida en el bosque, donde pasarán otro largo y duro invierno... hasta el año que viene.
(BBC)

 




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